miércoles, 19 de noviembre de 2014

Mi más sentido bésame.

Ahí estás, te tumbas en mi cama sin tener en cuenta que fumo por calmar mis ganas de ti. Esos nervios que me matan prefiriendo estallar en un beso o gemido, en las ganas de quitarte la ropa y hacer de ti pura poesía en esta noche de luna llena. Provocas, me provocas una sonrisa entre el humo mientras intento no morderme el labio para evitar enseñarte que eres mi punto débil. Esta vez y siempre. Por favor, no sonrías, que me vuelves loca. Pero ahí estás, sonriendo y ya mi interior empieza a sentirte, a poner mi respiración a correr contracorriente en una lucha interna por ti. ¿Qué tendrás? Podría hacerme miles de preguntas retóricas sobre tí que no tendrían respuesta alguna porque no la hay, es algo inexplicable, complicado, pero me gusta. Esta noche podré contar todos tus lunares y poder besar cada uno de ellos, enamorarme aún más de tu cuerpo. A la luz de la luna tu cuerpo es como una estrella que sigue el canon de perfección de un universo un tanto lejano pero perfecto. Nunca pensé que llegaría a ver una estrella tan de cerca, de poder ver algo tan perfecto con mis propios ojos porque antes de que rompieses mis esquemas, nunca había visto tanta perfección acumulada en un mismo cuerpo y alma. 

No hay comentarios: