viernes, 18 de septiembre de 2015

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Llega el frío que arrasa con todo, incluyendo nuestros sentimientos. Ya ni una buena manta es capaz de calentar unos pies fríos, porque si no estás me volveré fría eternamente.
El sabor amargo del café se hace presente en cualquier dia rutinario, porque tú ahora tienes mil tonterías con otra en vez de conmigo.
Yo siempre fui de Abrazos amargos que dejan qué desear, y tú tenias el corazón en un puño bombeando sangre a doscientos por hora sin entender que mientras más apretabas más daño hacias. Te hacias. En verdad, deseo que seas feliz. Que lo seamos. Aunque a veces piense que esto no es la felicidad que buscaba. Que tu felicidad está sentada en otra silla de cualquier bar de Madrid, o que está escribiendo en otra pantalla de móvil que no sea la mia. Me desconcierta.
Cada vez que veo tu cara decepcionada me decepciono aún más y me repito mil veces qué habré hecho mal. Simplemente quise que fueras feliz y mis sentimientos de envidia o celos o qué se yo no me dejaron dormir en noches como las de hoy. Decepciona ver cómo te ries con otras tonterias que no sean las mias, decepcionar o desilusionar, no sé que verbo es mejor.
Pero te quiero, y mi corazón solo arde por ti, eso está claro que no se puede cambiar. Te querré siempre, aunque acabes yendote.

lunes, 14 de septiembre de 2015

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Echo de menos esas miradas que nos hacen cómplices de algo que llevamos creando un año, y nunca me arrepentiré de ello. Echo de menos tu olor, tus abrazos con un sabor dulce como si me invitaras a quedar toda una vida a tu lado. Echo de menos el sexo de madrugada con cosquillas por la espalda después de llevarte al cielo o infierno. 
Noches y noches en las que los lobos salen a aullar a su única luna con la esperanza de que la oiga y vuelva. Sin rendirse. Firmes. Fuertes. Aullidos toda una noche de luna llena. Esperándote en su vereda, calmando este desgarrador grito dentro de mi surgido por tu ausencia. Vuelve esta noche y te juro que te bajaré la luna todas las noches a tu habitación, te contare tus estrellas y haré constelaciones con los lunares. Te comeré la vida a bocados, y viviré tu cuerpo hasta que no pueda más. Te versaré una vez más y me iré a mis anchas esperando volver a poner un punto y coma en esta historia porque jamás querré acabar con ella.