Noches y noches en las que los lobos salen a aullar a su única luna con la esperanza de que la oiga y vuelva. Sin rendirse. Firmes. Fuertes. Aullidos toda una noche de luna llena. Esperándote en su vereda, calmando este desgarrador grito dentro de mi surgido por tu ausencia. Vuelve esta noche y te juro que te bajaré la luna todas las noches a tu habitación, te contare tus estrellas y haré constelaciones con los lunares. Te comeré la vida a bocados, y viviré tu cuerpo hasta que no pueda más. Te versaré una vez más y me iré a mis anchas esperando volver a poner un punto y coma en esta historia porque jamás querré acabar con ella.
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