Romperse el pecho para escribir todo aquello que nos queda por decir, para poder aliviar esa presión sometida por todo ese miedo irracional creado por una sociedad un tanto hipócrita. Y tan sólo esto es un poco de elixir de los poetas que sangran en sus sentimientos y que lloran porque no saben vivir estando muertos, algo que tal vez necesites. Deberíamos aprender a desahogarnos entre letras y escritos tontos que con las personas que más necesitamos para respirar.
Y en el fondo, es irónico ¿no? que la misma persona que me da el aire necesario sea la única capaz de quitármelo. No sé como lo haces para acabar colándote siempre entre mis manos y este lápiz, porque siempre empiezo a escribir algo que no tiene nada que ver con lo que termino, tal vez eso sea reflejo de mi inestable rutina, típico. Miles de palabras sin sentido escritas sin otro objetivo que desahogarse, porque a mi lo de cómo se debe escribir y las pautas que quizás algún día aprenderé, ni me va ni me viene, escribo para desahogarme no para que a cualquiera le parezca que está bien o está mal. Y en verdad, qué está bien y qué mal. Es relativo según de qué ojos mires a la realidad.
En verdad, yo soy de hablar con un poquito de sarcasmo y de dejar a la rima a punto del orgasmo, quizás algún día el karma me lo pague. Pero hasta entonces qué, vive el presente, escribe lo primero que se te ocurra, olvídate de lo que acabas de escribir y piensa algo nuevo. Si, esto es un puro sin sentido constante.
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