viernes, 13 de marzo de 2015

Días y días.

Hay días en los que nada del mundo te anima, ni si quiera el huracán más fuerte te haría salir de la cama. Sientes tus latidos a mil por hora y pretendes que alguien venga a salvarte, en vez de saber que si no eres tú tu propia heroína nadie lo será. 
Hay días de esos que parece que ahí fuera todo son tormentas, y que en tu habitación con la música alta es lo único que alivia entre tanta lluvia. Días en los que no te apetece encontrarte a nadie y muchos menos que te pregunten qué te pasa, días como hoy, que tienen un sabor un tanto amargo.

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