sábado, 4 de octubre de 2014

Escribirte.

Noches como la de hoy sólo me apetece escribirte.
Y podría escribir cómo son tus labios, tus ojos o tu pelo comparándolo con cualquier metáfora que me venga a la cabeza con el humo de ese cigarrillo, pero eso está muy visto.
Prefiero besarte directamente en cada semáforo en rojo, en cualquier banco del parque, en medio de cada canción. 
Vales más que cualquier palabra que pudiese escribir, más que cualquier beso, y más que cualquiera que estuviera dispuesto a verte caer, y que no lo harán porque ahí abajo estaré yo para no dejarte caer nunca más.
Deberías ser la persona más feliz del mundo, porque te lo mereces. Eres demasiado buena persona como para andar en canciones tristes.

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