Estaban a punto de salir, una tras otra, sin parar. Pero sabían que eso solo complicarían las cosas, ellas querían salir pero a la vez no, tan sólo querían desahogarse esa noche.
Sabían que si salían no podrían parar esta vez, sería un mal trago de vodka barato el que haría que lo olvidase todo. Pero parecía que la música estaba en contra de eso, estaba acompañando a la tristeza en un baile infinito invitándolas a bailar con ella esa noche, invitándolas a salir de ahí.
Música que se sentía sola, calmada, y cómo no, triste. Esa clase de música que las acompañaban siempre. No podían salir, joder, no tenían que complicarlo todo una vez más. Pero por más que se resistían sabían que acabarían saliendo, teniendo así un mal día y una noche aún peor, pero bueno, esta noche no hay cigarro que calme tus miedos ni nervios, esta noche toca conformarse con un "mañana será otro día" y fingir una enésima sonrisa. Pero, ¿qué más da una sonrisa fingida más a estas alturas?
Y acabaron saliendo, esas lágrimas de la chica con la sonrisa rota.
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